Para formar parte de la orden de CambioINTERNO se necesita ser una persona seguidora de Jesús comprometida a seguir ritmos, compromisos y valores comunes con otros compañeros y compañeras de equipo. El equipo probablemente será multicultural. CambioINTERNO cree que equipos multiculturales son una señal de esperanza que integra diversidad e inclusividad, las cuales son necesarias en nuestro mundo que suele incentivar el individualismo y la discriminación. Equipos multiculturales se asemejan al Reino porque representan el diseño de Dios para la creación. Una de las maneras en que CambioINTERNO fomenta equipos multiculturales es en el desarrollo de líderes locales. La inversión en líderes locales es la manera en que CambioINTERNO prevé la sostenibilidad que continuará más allá después del tiempo del fundador y de los líderes de equipos que se han reubicado en otros contextos para hacer el trabajo de CambioINTERNO. A través de la vida comunal, CambioINTERNO prevé la edificación de familias misioneras que incluyen a todos los miembros de la familia y algunos vecinos. Esta visión futurística requiere que todas las personas involucradas hagan reajustes que fomenten la gracia, flexibilidad y centrarnos en otros.
Comprometerse a formar parte de CambioINTERNO también implica vivir en un contexto de pobreza motivado por la creencia de que esta es la mejor manera de identificarse con las personas que Dios está llamando la orden a alcanzar. En ese contexto, el enfoque es en el discipulado y el desarrollo de líderes locales que se distinguen por acciones misericordiosas, contemplación transformadora, y justicia profética, de manera que los esfuerzos del equipo ayuden a catalizar una agencia desde abajo en transformación comunitaria inspirada en el pasaje bíblico ¨hacer justicia, amar misericordia, y caminar humildemente con nuestro Dios¨ (Miqueas 6:8). Estos esfuerzos se enfocan en un vecindario a la vez, con apertura a múltiples vecindarios y contextos. El pasaje de Miqueas 6:8 reta a los miembros de CambioINTERNO a defender y abogar por asuntos de justicia relacionados con sus contextos. También promueve cultivar constantemente una relación íntima con Dios en el camino de Jesús. La calidad de esa relación informa cómo se ama la justicia y la misericordia. Se espera que esta postura se combine con un ministerio de presencia, discipulado, participación práctica en la construcción de la sociedad, y el involucramiento de nuestros vecinos y vecinas como colegas.