John Hayes y Nate Bacon
Nairobi 2007
Seguía muy cuidadosamente a mi amigo, Aila Tasse, a través de los callejones de uno de los asentamientos informales más poblados de Nairobi. Con un ojo, mantuve a la vista la espalda de Aila, y con el otro miraba el suelo, ya que a lo largo de ese callejón angosto había un canal de drenaje abierto. En algunos lugares, el agua tenía un extraño color verde, y yo no quería perder el equilibrio. El terreno estaba lisamente compactado con una resbalosa capa de polvo. Inicié a imaginar los cientos de miles de pies descalzos que compactaron esa tierra.
Es increíble lo que viene a nuestras mentes cuando escuchamos prestando atención completa. Es en los momentos de concentración cuando a menudo nos damos cuenta de que estamos vivos. Aila y yo íbamos camino a encontrarnos con algunos líderes eclesiásticos del asentamiento, y yo pensaba en ese privilegio. Pero, también estaba sonriendo de regreso a los niños que me llamaban. Y, al mismo tiempo, estaba reflexionando en los viajes de la gente cuyos pies descalzos habían tocado el polvo del terreno.
Al considerar esos pies, y cómo Jesús los hubiese lavado, de repente me di cuenta de que Dios estaba guiando mis pensamientos. Podía ver el toque ligero de una huella dejando marca en el polvo, la cual podía estar ahí un momento y desaparecer en un instante. Y pensé en la historia que contarían esos pies. Y me dije: “estoy entrando a una comunidad que ante los ojos del mundo no dejará una huella permanente. La gente aquí vive una historia que nadie está registrando. Es como si sus historias terminan en tumbas sin lápida.” Entonces, sentí la voz de Dios diciéndome, “sus historias no dejan marca para el mundo. Pero, en mi caso, no pierdo ni una huella.”
Ya sea que somos de los que Permanecen, Regresan, o Reubican, (Remainers, Returners, or Relocators) tenemos el privilegio de hacer un ministerio en los márgenes más vulnerables de la sociedad, donde historias inusuales se viven, aún cuando pocas quedan registradas. ¿Qué hace que la historia de alguien que vive en los márgenes sea menos valiosa que la de alguien que vive dentro de lo convencional? ¡Nada! De hecho, en el Reino al revés, donde el Señor actúa con justicia y levanta a pobre para sentarlo con príncipes, pueda que las historias no contadas que el mundo niega sean las que Dios está más atento a escuchar.
Sin embargo, esto no es sólo un asunto de justicia. Las historias son una forma poderosa de comunicación porque van más allá de la mente y el corazón para dar ojos a la imaginación. Porque, las historias son visuales, ellas nos ayudan a recordar verdades importantes, ya que nos ayudan a imaginar como sucede la historia. Jesús era un maestro para contar historias, y sus parábolas del Reino nos dejan imágenes inolvidables. Pero, aún más allá de las historias en los evangelios, la mayoría de la Biblia está escrita en forma de historia. Tanto el Antiguo como Nuevo Testamento están llenos de historias de personas reales, muchas de las cuales no eran extraordinarias ante los ojos del mundo. Para la gente del globo sur hace sentido el transmitir la verdad por medio de historias, ya que sus historias personales son lo único que tienen. Esto es especialmente verdadero para el billón de personas que viven en asentamientos informales alrededor del mundo. A menudo, estas personas se asientan sobre terrenos prestados y se les niega el acceso a educación, empleo, recursos adecuados, y salud. En Cambio Interno hemos sido invitados a escuchar estas historias con “el oído de Dios” y así afirmar la dignidad de cada persona hecha a su imagen.
Tres Historias Trabajando Juntas
El material de formación que estamos ensamblando en Horizontes viene de años de escuchar el Espíritu de Dios, la gente de nuestras comunidades, y nuestros compañeros de trabajo. De hecho, la base de nuestro contenido descansa sobre la interacción de tres historias: la historia bíblica, la historia comunitaria, y nuestra historia como agentes misioneros de transformación. Juntos salimos en fe con la seguridad de que la historia de todos importa, y que cada historia se completa al tener un encuentro personal y redentor con Cristo.
Las historias de la vida de cada persona son como las huellas digitales del cuerpo; una expresión única de identidad. No podemos hacer suficiente énfasis sobre la importancia de valorar las historias de la comunidad, tanto al nivel de la historia comunitaria, como al nivel de las historias personales de su gente. Creer en el valor de las narrativas locales, y aún más, de que Dios puede utilizar esas historias como el fundamento para escribir narrativas alternativas requiere “ojos para ver” y “oídos para oír” tal como Jesús nos instruyó. Si vamos armados sólo con los ojos y oídos del mundo será natural que veamos las comunidades pobres como lugares de necesidad—contextos donde la gente ha sido empujada hacia abajo, movida a un lado, y abandonada. Sin importar si crecimos en áreas marginales, regresamos a ellas, o nos reubicamos desde afuera, podemos adoptar una perspectiva limitante. En su tiempo, Jesús confrontó este tipo de actitudes paralizantes y de incredulidad cuando la gente miraba de menos a su ciudad natal y decían “¿A caso de allí puede salir algo bueno?” (Juan 1:46).
En la historia del Éxodo, cuando Dios elevó a Moisés a una posición de liderazgo a la edad de ochenta años, también confrontó su baja autoestima y falta de fe. Moisés se vio a sí mismo muy viejo, inseguro, y muy cargado por el peso de errores pasados como para considerar la inverosímil tarea de regresar a Egipto y ser un instrumento de Dios para liberación. En repetidas ocasiones, trató de convencer a Dios de no usarlo. Sin embargo, Dios retó gentilmente la renuencia de moisés, atrayendo su atención a la vara que sostenía. “¿Qué tienes en la mano?” le preguntó Dios (Éxodo 4:2). Posiblemente, Moisés había usado esa vara por años. Es más, quizás el mismo la había cortado y tallado. De cualquier manera, era su vara y había sido de uso esencial para él por cuarenta años de pastorear ovejas. De igual manera, cuando dejamos que Dios nos use para empoderar y discipular a líderes locales, debemos iniciar con “lo que tienen en sus manos.” No debemos apresurarnos a llenar sus manos con herramientas de afuera. Para muchos en los márgenes, su herramienta más poderosa será su historia.
Para terminar, recordemos que el enemigo conoce la palabra de Dios mejor que nosotros. Él sabe que Dios ha escogido a quienes viven en pobreza para ser ricos en fe. También sabe que la fe del tamaño de una semilla de mostaza, si es sincera, puede mover montañas. Por esta razón, él hará todo lo que pueda para evitar que esa semilla de fe se forme. Una de sus tácticas más efectivas es atacar la autoimagen y aniquilar la confianza de que Dios pueda usarnos. Sin embargo, cuando tomamos el tiempo de escuchar y valorar las historias de la gente en nuestras comunidades, ayudamos en la creación de un ambiente propicio para que la fe suceda y para que la gente se de cuenta de la presencia de Dios en sus vidas.
Decir la Verdad al Poder
El líder de CambioINTERNO desde hace mucho tiempo, Nate Bacon, señala astutamente que a Dios le encanta usar el poder de una historia para confrontar la narración interminable del mundo de “la historia del poder”. La historia de cómo Jesús sanó a una mujer que había sufrido un flujo sanguíneo imparable durante doce años es un buen ejemplo de cómo hablar al poder con la verdad.
Esta historia hermosa y muy emotivo de cómo Jesús sanó a una amada hija de doce años y a una mujer que había luchado durante doce años con un flujo sanguíneo incurable es un relato rico en detalles. Sin embargo, para los propósitos de este módulo, centraremos nuestros esfuerzos principalmente en cómo esta historia aborda el tema del poder.
En su camino para atender a la hija de un líder poderoso, Jesús hizo una parada “no programada” para atender a una mujer que lo necesitaba desesperadamente. El pasaje no revela su situación económica, pero el imparable flujo sanguíneo la habría marginado socialmente y religiosamente mucho más allá de las consecuencias físicas de su condición médica. La dolencia significaba que estaba ceremonialmente impura y excluida cultos públicos de todo tipo. Además, la Ley requería que ella ni siquiera pudiera tocar a otra persona por temor a contaminarla también y exponerla al mismo aislamiento (Levítico 15: 25-27).
Debemos notar que la mujer simplemente quería tocar el borde del manto de Jesús y poner fin a su angustia. Años de esconderse la habían acostumbrado a evitar la exposición pública. Pero Jesús, al afirmar públicamente la fe de la mujer y confirmar que había sido sanada, hizo posible que dejara de aislarse y regresara a un mundo de relaciones. El hecho de que Jesús la llamara “hija” refuerza este punto. Aunque no era raro que Jesús usara términos familiares de afecto para dirigirse a las personas a las que sanó, el hecho de que lo hiciera en este caso con una mujer tan excluida de las formas más tangibles de intimidad relacional, es especialmente poderoso. No había ningún padre, como Jairo, que se adelantara y se arrodillara en nombre de esta mujer. En su camino para curar a una hija amada, me pregunto si estaba en la mente de Jesús actuar afectivamente como familia para la hija de otra persona que había sufrido tanta miseria privada durante tanto tiempo.
Por otro lado, ¡imagina lo difícil que hubiera sido para Jairo esta demora mientras la vida de su hija se agotaba! Al detenerse y dar prioridad a la mujer con una necesidad urgente, Jesús hizo que lo último fuese lo primero y gentilmente le dijo la verdad al poder. Pero Jesús hizo más que anteponer la necesidad de una mujer completamente excluida a la necesidad de un hombre poderoso. Jairo no era simplemente un hombre poderoso, representaba precisamente el tipo de autoridad religiosa que se habría sentido obligado a excluir a la mujer para defender la letra de la ley.
Me encantan los astutos comentarios de Nate sobre este pasaje. Él escribe: “Jesús nos muestra la atención y la prioridad amorosa de Dios a la mano de aquellos que el mundo considera indignos e inmundos, y a las historias de sus vidas. Los “limpios”, los religiosos, los de adentro y los poderosos pueden esperar. Dios los ama, pero los marginados han estado esperando demasiado tiempo. El ‘poder de una historia’ se convierte en la historia de poder que el Dios que escucha pone patas arriba”.
Perspectiva: Nuevo Cada Mañana
Hay un punto final en esta historia del libro de Lucas que se relaciona críticamente con las dinámicas de poder y merece nuestra atención. En un mundo sistemáticamente ordenado por líneas de poder definidas por el dominio masculino, las mujeres a menudo se encuentran involuntariamente raspando las sobras. No pierdas la realidad aquí, esto sigue vigente hoy en día, de que dos mujeres en grave necesidad se vieron obligadas a luchar por la atención de alguien que las podía ayudar y en donde aparentaba que solo una podía ganar, la otra debía perder. Una niña de doce años, cerca de la muerte, se enfrentó involuntariamente a otra, una mujer obligada por la desgracia a soportar una muerte en vida.
Desafortunadamente, en el “mundo real” limitado en el tiempo, la hija de Jairo y la mujer con la hemorragia no podían curarse. En esta historia, sin embargo, Jesús, para quien “todo es posible”, dijo la verdad a la realidad y a sus límites. Demostró poderosamente que algunos resultados que el mundo considera mutuamente excluyentes son posibles en el Reino. Jesús no podía apresurarse ese día, no podía dejarse llevar por la doctrina mundial de la escasez.
No podemos enfatizar lo suficiente la importancia de este pasaje para nosotros como misioneros que vivimos en lugares de pobreza. ¿Cómo podría Jesús querer torcer la realidad en nuestras comunidades hacia el Reino de tal manera que algunas situaciones de ganar/perder resultan en ganar/ganar? En comunidades de pobreza que carecen de recursos críticos y que se encuentran obligados a tomar decisiones difíciles sobre quién puede sobrevivir, debemos “aferrarnos al borde del manto de Jesús” y hacer fielmente lo que es posible, pero también debemos ser fieles para permitir que Jesús haga lo imposible.
Como misioneros de CambioINTERNO, comenzamos escuchando, aprendiendo y cultivando activos que ya están presentes en la comunidad. Y nos cuidamos de no introducir activos de afuera de la comunidad de forma prematura que puedan adelantarse y/o debilitar la creatividad y la energía local. Pero servimos a un Dios para quien “las bendiciones son nuevas cada mañana”, un Dios de abundancia, que desea que sus hijos vivan la vida más plena, en el sentido del Reino. En consecuencia, también debemos prepararnos para que Cristo haga milagros. Además, debemos prepararnos para que Jesús atraiga recursos hacia las personas necesitadas de fuera de la comunidad, de la plenitud de la creación, ya que “del Señor es la tierra y todo lo que hay en ella” (Salmo 24: 1). En futuros módulos, exploraremos más profundamente cómo podemos cultivar prácticamente lo que hay dentro de la comunidad mientras preparamos el camino para recibir lo que es útil desde afuera.
José Aceves Peñate ha estado liderando personas desde su juventud y liderando miembros de CambioINTERNO durante más de dos décadas. A menudo lo he escuchado comentar sobre la necesidad de que los líderes tengan perspectiva—una perspectiva amplia, precisa y astuta. Este pasaje de Lucas, y su autenticidad al describir necesidades en competencia y cómo Jesús logra satisfacer ambas, es una perspectiva valiosa y esperanzadora. Es una que necesitaremos para dar forma a nuestro enfoque del ministerio en lugares donde algunas personas solo ven privaciones.
Vivir vidas plenas y significativas en lugares de pobreza no siempre significará que tendremos éxito en nuestros mejores esfuerzos. No siempre veremos el resultado de nuestra fe. Pero este importante pasaje de Lucas nos anima a perseverar en la fe para lo que Jesús elige hacer, momento a momento. En ese día aciago que registra Lucas, Jesús hizo posible que una niña recuperara su vida, un padre recuperara una hija y una mujer recuperara una vida digna de ser vivida. En este mundo de límites en el que esperamos obtener lo que necesitamos, lo que merecemos o lo que esperamos, Jesús nos muestra que en el Reino es posible obtener lo inesperado.
La Historia de la Portada
El dibujo a lápiz al inicio de este módulo se llama La Lumenada. He combinado una vista del barrio pobre de La Limonada en la Ciudad de Guatemala con un retablo del siglo XVIII de la Catedral de Toledo en España. Unir las dos imágenes me llevó a la contemplación sobre lo que hace que un lugar sea sagrado. También me permitió meditar sobre la relación histórica y a menudo tortuosa entre España y el nuevo mundo.
Este barrio pobre en el centro de la Ciudad de Guatemala, llamado aleatoriamente o en broma La Limonada, es una comunidad en la que CambioINTERNO tiene muchos amigos y una historia de ‘noviazgo’. Sin embargo, no hay nada de divertido sobre vivir en La Limonada, y aunque el nombre es quizás cariñoso, creo que potencialmente trivializa la experiencia de las personas que viven allí. Más de 60.000 personas se asientan en un barranco que atraviesa el corazón de la capital. Es el segundo barrio marginal más grande de Centroamérica y es uno de los más violentos.
El retablo barroco llamado El Transparente es una colección lujosa de querubines y ángeles esculpidos. Fue encargado en el 1700 por el Arzobispo de Toledo para cubrir una abertura realizada en el muro ambulatorio. Esa abertura, junto con un agujero en la pared trasera exterior, permitió que un rayo de luz solar iluminara el altar.
Conecté estos dos elementos porque cuando estuve en Toledo en el verano de 2013, sentí que Dios sugirió que, como en la catedral, cuando se trata del espacio sagrado de los barrios marginales, necesitamos un rayo de luz que atraviese nuestras perspectivas típicas tales que los veamos iluminados de una manera nueva. Por lo tanto, no dibujaba las esculturas tanto como la idea de una gran apertura.
Durante años he sostenido que hay una belleza inusual en los márgenes, a veces una belleza urgente y frágil. Pero no siempre he sido claro al expresarlo. Y me he lamentado cuando la gente haya estereotipado a las comunidades marginales o las haya descrito como “tierras baldías”. Tenemos un dicho cínico en el Occidente que dice: “Lo creeré cuando lo vea”. Pero en más de treinta años de vivir en los márgenes me he dado cuenta de que a menudo, “Lo veo porque lo creo”. Y lo mismo ocurre con ver la belleza del Reino en las comunidades pobres. La creencia actúa como una ventana para los ojos. ¿En qué otro lugar del mundo excepto en los barrios bajos, hay casas construidas totalmente a mano, generalmente por los propios residentes, con ingenio? En casi todas las demás comunidades, la gente vive en estructuras producidas en masa por alguien con capital de inversión de otra persona solo para ser vendido o alquilado a otra persona, una y otra vez en una cadena de impersonalidad que resulta en indiferencia.
“Lumenada” no es una palabra en ningún idioma, sino que es una mezcla del nombre del barrio con las palabras “iluminada” en español y “lumen” en inglés. El Transparente aportó una iluminación costosa e innovadora a los espacios más sagrados de la Catedral de Toledo. De la misma manera, sugiero que necesitamos una perspectiva de gran apertura para despertar nuestra vista y poder apreciar plenamente la santidad de lugares como La Limonada.
Ejercicio
Escuchad esta hermosa historia en la que Karla Avila describe temas importantes de CambioINTERNO como es los Ojos del Reino y como muchas veces Dios elige hacer lo inesperado, lo que significa que debemos estar preparados para obedecer en cualquier momento.
- ¿Cómo la historia de Karla y el comienzo del ministerio de chicas en Xela en particular se ven reflejados en Lucas 8:41-50?
- Presta atención a cómo Dios muchas veces elige lo inesperado, como hizo en Lucas 8, para doblar el impacto del ministerio y profundizar su significado. Date cuenta del detalle de que Karla tenía 12 años cuando vivió cerca de los chicos de la calle.
Preguntas para reflexionar:
- Cuáles son algunas de las historias de la comunidad en la que espero ministrar? ¿Hay temas comunes? ¿Qué hace que cada uno sea único?
- Cuando reflexionas sobre la historia de Lucas 8 y las necesidades de las dos mujeres, ¿hay una dinámica similar de desesperación en la comunidad donde las necesidades parecen competir entre sí? Si es así, ¿esto conduce a una división?
- ¿Cuáles son algunas de las perspectivas dominantes en la comunidad? ¿Tienen esperanzas o son pesimistas? ¿Reflejan escasez o abundancia?
- Bien seas alguien que Permanece, Regresa o se Reubica (Remainer, Returner or Relocator), ¿cómo podrías conectar tu historia personal con la de las personas de la comunidad?